La Ecología de la Atención y la Estrategia de Comunicación Interna

Redes sociales, redes profesionales, prensa digital, prensa escrita, emails, notificaciones y alertas, likes, comentarios, compartir y responder… inputs, inputs y más inputs o infoxicación, que es el nombre con el que se ha identificado este fenómeno.

La forma de consumir la información deteriora nuestra capacidad de atención

La cantidad de información que nos impacta día a día y la forma de consumirla, con rapidez, superficialmente y saltando de una tarea a otra, están deteriorando nuestra capacidad de atención, que se traduce en falta de concentración, agotamiento, sensación de desbordamiento y ansiedad, incluso complicaciones del sueño, entre otras.

Esto sumado a la cantidad de información que manejamos a su vez en el entorno laboral, desembocan en el contexto organizacional en una reducción de la productividad y calidad del trabajo.

Las distracciones del entorno nos hacen perder más de una hora cada día

Un empleado/a pierde una media de 86 minutos de su tiempo en el trabajo debido a distracciones en su entorno, según una encuesta realizada por Steelcase e IPSOS a 10.000 trabajadores de 14 países. De acuerdo con este informe, cada tres minutos los trabajadores/as son interrumpidos por emails, móviles y otras personas.

Según un estudio de Microsoft y UC-Irvine, cuando alguien nos interrumpe nos lleva un promedio de 49 minutos retomar el nivel de concentración en el que estábamos antes de ser interrumpidos.

Trabajar la ecología de la atención es una necesidad

Este y otros muchos estudios avalan como el exceso de información nos resta concentración. Por ello, generar en las organizaciones mecanismos internos de ecología de la atención se ha convertido en una necesidad de primer orden. 

Revisemos nuestra comunicación interna y creemos una cultura de comunicación higiénica, que no se sume a estas dinámicas excesivas, sino al contrario, velemos porque en nuestras políticas y planes de comunicación interna queden incluidos objetivos saludables como:

  • Definir claramente nuestros segmentos o públicos internos para asegurar que no todos reciben todo el contenido sino solamente aquel que puede ser de su interés.
  • Ofrecer canales de comunicación en red donde el usuario no sólo sea un sujeto pasivo consumidor de la información sino que también sea creador y dinamizador de la misma, fomentando cultura de participación, donde las opiniones y el criterio individual suman a la creatividad colectiva. Así buscamos pasar de la interacción superficial con el contenido a interactuar con motivación y de manera más profunda y reflexionada.
  • Generar contenidos de valor y cuidar la frecuencia con que los presentamos.
  • Incluir en el plan de formación anual talleres para presentar al equipo todos los canales de comunicación existentes, poner conciencia en como usarlos y en como presentar la información o contenido de manera correcta y equilibrada.
  • No solo comunicar digitalmente, ofrecer comunicación directa para equilibrar el exceso de información digitalizada y cambiar el foco, reduciendo el consumo de información a través de pantallas y reconectando con el «mundo exterior».
  • Revisar los espacios físicos de trabajo, también estarían incluidos en la forma en que nos comunicamos/relacionamos, espacios multifuncionales que incluyan zonas de privacidad y concentración, espacios renaturalizados que nos ayuden a recuperar el equilibrio emocional y el estrés generados.

Crea una imagen de empresa empleadora comprometida con el bienestar de tus empleados/as, una empresa que no acentúa la saturación o infoxicación de sus vidas, sino que hace por reflexionar con ellos/as para ampliar criterio y conciencia y mejorar la forma en que consumen la información en su día a día.

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