La persona en el centro y la salud y bienestar como prioridad, ¿existe otra opción?

Nos están hablando de la gran renuncia, del paso de entornos VUCA a BANI, de la posibilidad de otra crisis a la vuelta de la esquina… Y llevamos más de 2 años viviendo acontecimientos, como poco, inusuales. Esto, nos hace estar en constante alerta.

Por si lo anterior no fuera poco, algunos de nosotros hemos sufrido pérdidas (podemos estar incluso dentro de un proceso de duelo), hemos padecido enfermedad (en alguna de sus formas) y parece que los mapas que parecían funcionar han dejado de hacerlo.

Esto, pone en jaque nuestra supervivencia y nos hace estar readaptándonos constantemente. ¿Y sabes qué? Que el ser humano, al parecer, no puede vivir a ese ritmo, y en ese estado, demasiado tiempo.

Un estado de estrés crónico tiene graves consecuencias

Un estado de estrés crónico, como consecuencia de convivir en entornos amenazantes a los que no te has adaptado, y que atentan contra tu salud y bienestar, puede acabar contigo.

Pueden comenzar a saltar sensores en forma de caída de pelo, dermatitis, alergias, llagas en la boca, dolores localizados en alguna parte del cuerpo, insomnio, cambios de comportamiento (focalizados en la lucha, huida o parálisis) …

Antes o después, necesitarás regularte. A veces a cualquier precio: tomando sustancias que te ayuden a “relajarte” o “desinhibirte”, abusando del deporte, dándote grandes atracones de comida… Somos humanos, y si sigues respirando, sabes cómo regularte hoy (aunque esa decisión ponga en entredicho el mañana).

¿Consecuencia final?

Si no eres capaz de regularte o de aprender a gestionar mejor ese estresor (o luchar o huir de él), puedes entrar en situaciones de colapso: infartos, ictus, estados de depresión, “burnout”… ¿Te suena familiar? Lo anterior es parte de la vida.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Mientras le das una vuelta, puedo decirte que varias estadísticas (Future for Work) dicen que: “…Durante 2021 se ha percibido una tendencia bajista en contratación y, un descenso de interés, en materias de salud y bienestar, en entornos empresariales…”. Y no solo esto, si no que muchas personas creen que lo peor ya ha pasado, y han dejado de entrenar o de formarse al respecto. Quién sabe si lo peor ya pasó, o si aún está por llegar.

Lo que sí creo es que deberíamos mantener la guardia. Entendida como un cuidado de nuestra salud sostenido en el tiempo (un buen descanso, alimentación correcta, buena hidratación, deporte…). La vida es incierta, y si otra crisis nos sacude, será mejor si nos coge descansados, con recursos y con el vaso regulado (no a punto de desbordar…).

Ante lo anterior, Darwin aporta su célebre frase atribuida: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. La cuestión es, ¿cómo adaptarte a un cambio que aún no conoces?

Llámame loco, disruptivo, idealista, ingenuo o lo que te surja, pero hay dos palabras en las que creo profundamente y que, pase lo que pase, jugarán a tu favor: Co-responsabilidad & Autoconocimiento.

Co-responsabilidad y Autoconocimiento

Si lo llevamos al caso de la empresa y el empleado, tendríamos lo siguiente: tanto empresa como empleado, han de ser responsables. 

Cada uno de él mismo, y a la vez, de la relación con el otro. Empresas y personas no responsables y no coherentes, no les será sencillo sobrevivir a los tiempos que corren. Hoy más que nunca, se necesitan las sinergias de la definición de teoría de sistemas: necesitas acceder a todo tu potencial y ponerlo en práctica.

En términos de salud, también aplica la co-responsabilidad:

  • Cada persona ha de cuidarse a sí misma (autocuidado), sin esperar a que ese cuidado venga de afuera. Y desde ahí, contribuir a la salud de los entornos que habita (entre ellos la empresa) cumpliendo con su rol y responsabilidad en ellos.

  • La empresa debe cuidar de su salud también, y de cada una de las partes que la componen. Para ello, ha de facilitar en la medida de su perfil y capacidad, un entorno saludable. Ya se ha demostrado que las personas impactan de manera profunda en los balances de resultados y que, sin personas, poco es posible.

El autoconocimiento, es una de las grandes claves

Has de entender que, en entornos VUCA y BANI, has de abrazar filosofías de alto rendimiento y priorizar tu salud. El autoconocimiento, entre otros asuntos, lleva al autocuidado, y este, a la autorregulación. ¿Cómo seguir creciendo y expandiéndote, si no tienes claro de dónde vienes, dónde estás y hacia dónde te diriges?

Si tú rompes, como empresa o como persona, poco es posible. De ahí, la necesidad de parar, reflexionar y profundizar en cómo estás y cómo funcionas. Y esto tampoco es nuevo: hace más de 2000 años ya podía leerse en Delfos “conócete a ti mismo”. Lo mismo, aplica a una empresa: se ha de conocer muy bien algo, para poder mejorarlo, pivotarlo o cambiarlo.

¿Estás dispuesto a mejorar tu bienestar, la gestión de estrés y la calidad de vida, de empleados y empresa?

Estamos en el momento perfecto de abrir los ojos y empezar a valorar y cuidar a las personas tal y como lo merecen. Desde Nirakara Lab acompañamos a las organizaciones a poder hacer esto realidad desde la parte más profesional y científica.

Asimismo, me gustaría destacar que esto no se trata de un momento en concreto ni de un año exacto. Esto, sin duda, es una preocupación que debe estar presente en nuestra estrategia empresarial y para ello, necesitamos rodearnos de buenos equipos de trabajo y herramientas que nos faciliten la labor y la consecución de nuestros objetivos.

Por esta razón, el ayudar a las organizaciones con rigor y humanidad son claves entre otras variables, nuestros programas incrementan las capacidades de relación interpersonal, la resiliencia y actitud positiva frente al cambio y la incertidumbre, y reducen los marcadores relacionados con estrés, ansiedad y depresión.

Potenciar la comunicación bidireccional, el compromiso y la motivación de los equipos de trabajo es fundamental si en nuestro negocio queremos personas comprometidas, con un rendimiento alto y motivados hacía la consecución de nuestro objetivo final.

Cuidar a las personas, formarlas y prepararlas para afrontar este mundo tan cambiante es clave para conseguir una sociedad más feliz, unida y fuerte.

 

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