Las erres más importantes en las Organizaciones

¿Cuáles deberían ser las erres más importantes en las organizaciones?

Hay un cartel que he visto en varios lugares en los últimos tiempos y dice así:

Si el plan “A” no funciona recuerda que el abecedario tiene 26 letras más.

Pues bien, en el artículo de Happÿdonia de hoy, nos vamos a ir directamente a la letra que ocupa el lugar decimonoveno, la “R” y vamos a explicar la importancia que tiene dicha letra en las organizaciones empresariales y como se mueve por ellas como pez en el agua.

Pocos empresarios negaran que tres de las cualidades ideales que les gustaría que tuvieran la totalidad de las personas que trabajan en su organización, es que sean:

  • Receptivos a sus directrices.
  • Resolutivos a la hora de llevarlas a cabo.
  • Rentables para la empresa.

Hasta aquí todo bien, creo que es un deseo compresible y lógico, ahora bien…

¿Deberían los trabajadores actuales estar dispuestos a “darlo todo” al igual que los trabajadores de otras épocas?

Rotundamente, no.

Durante muchos años las inquietudes de las personas, tomando como ejemplo la conocida Pirámide de las necesidades de Maslow, creada el siglo pasado por el prestigioso psicólogo norteamericano del mismo nombre, se han movido en torno a los tres primeros apartados de esta, empezando por abajo:

Tener cubiertas las necesidades de alimentación, ropa, vivienda y resto de necesidades primarias, junto a la seguridad y el disfrute de una buena salud, eran pilares más que suficientes para estar predispuestos a centrarse adecuadamente en las tareas encomendadas en el trabajo.

El rumbo que ha tomado la sociedad, de la mano de un progreso, que nos brinda sin cesar comodidades y múltiples posibilidades de elección para disfrutar de experiencias y aprendizajes, ha hecho que, actualmente, las personas necesiten para realizar sus tareas laborales, apoyo para desempeñarlas de una manera física adecuada, ingresos coherentes con sus desempeños, que les faciliten hacer frente a esos gastos básicos que son inherentes al mero hecho de vivir en sociedad y, condición muy importante, que las empresas contemplen su bienestar psicológico y se les considere como algo más que recursos para alcanzar metas.

Hoy en día están apareciendo términos como igualdad, inclusión, diálogo, ética, sostenibilidad, emprendimiento, creatividad, dignidad, tolerancia y respeto a la diversidad, tanto física como emocional en todo tipo de canales. (prensa, radio, televisión, Internet, etc). Así pues, no podemos levantar un muro en torno a las organizaciones empresariales y pretender que en ellas no se tenga en cuenta “lo que pasa ahí afuera”.

Hay que equilibrar, lo máximo posible, la filosofía de vida de los trabajadores con la de la empresa, porque en la medida que se sientan a gusto en ella y sientan respetados sus valores, su nivel de compromiso y permanencia será mucho mayor.

Los trabajadores esperan de sus dirigentes:

  • Sentirse Respaldados en su trabajo.
  • Que se Reconozcan sus logros.
  • Que se les Retribuya dignamente su desempeño.

¿Qué impide que las “erres” de muchos dirigentes y las de sus trabajadores funcionen entre sí?

Entre las causas más relevantes se encuentran:

No se consigue que la comunicación interna en la empresa, tanto a nivel vertical como horizontal, fluya de forma coherente, transparente y dinámica para generar confianza y motivación.

Los líderes no logran transmitir su influencia, para obtener objetivos, como algo que repercutirá en beneficio de todas las personas de la organización.

Los departamentos de la organización se contemplan como secciones estancas y no queda claro su papel determinante para alcanzar unos objetivos comunes. Es altamente recomendable que haya herramientas de conexión que mantengan circulando de manera continuada esa actitud proactiva, esa sensación de equipo, tan necesaria para crear un buen ambiente laboral que tanto facilita en estos tiempos la consecución de objetivos.

Y se sigue, todavía, impulsando una relación fría de competición individual entre los trabajadores de la empresa y no se impulsa el trabajo cooperativo y en equipo.

Con lo cual, todas las causas mencionadas, en vez de generar una actitud de equilibrio, amabilidad y respeto, crean un caldo de cultivo donde aparecen un número importante de interferencias comportamentales, que impiden estar por la labor de trabajar, de rendir al máximo, de forma saludable y feliz, tales como:

Rencillas. Rencores y Represalias tanto entre personas de distintas jerarquías, departamentos y actividades, como entre personas de semejantes desempeños, por lo que es absolutamente necesario:

Revisar actitudes que ya no son efectivas en la empresa actual.

Por ejemplo, antes las personas podían estar centradas en rutinas y trabajos repetitivos durante largo tiempo, ahora son tantos los impactos de información y las cosas que despiertan nuestra atención cuando no estamos trabajando, que centrarse exclusivamente en una sola actividad o un solo tema es muy complejo

Nuestro cerebro, hoy en día, está continuamente en estado de dispersión hacia múltiples temas, es una consecuencia de la enorme actividad y ritmo de vida en la que está inmersa la sociedad y está afectando directamente a rendimientos y comportamientos, muy especialmente en esas divisiones del día que se determinaron en otros tiempos, que nada tienen que ver con estos pero que se siguen aplicando.

En la actualidad mantener durante largo tiempo sentados en los pupitres a los niños, aún más a los adolescentes, incluso a los universitarios, queriendo que tengan una actitud continuada de buena atención y rendimiento, es una tarea en la que los docentes pueden dar fe de que se está convirtiendo en una “misión imposible” para ellos.

Algo similar ocurre en los puestos de trabajo, pretender actualmente que el trabajador mantenga un grado de rendimiento y atención ejemplar, durante largas horas, es una batalla compleja que conduce a muchos momentos de “presentismo” laboral que tanto perjudica a las organizaciones en su buen desarrollo.

Tal vez en las empresas y también en los centros de estudio, aunque ese no es el tema de este artículo, deban considerar el habilitar y aumentar los momentos de “desconexión laboral” y permitir la “conexión social” que trabaje valores e impulse compromisos de manera conjunta.

Me parece una estupenda opción, en el mundo laboral, hacerlo por medio de una herramienta de comunicación interna, Happÿdonia, que permite la posibilidad de interacción entre compañeros de trabajo, intercambiando opiniones, información, comunicados y también, por supuesto, situaciones alegres y distendidas.

Quede claro que no estoy hablando de “parar máquinas” cada hora, ni mucho menos, sino de seguir criterios previamente estudiados e ir creando “sinapsis sociales” por departamentos, por secciones, por turnos o por cualquier otro baremo propio de la idiosincrasia de cada empresa.

A muchas personas les cunde una barbaridad esto de la red y en el tiempo que antes mucha gente desconectaba unos minutos para fumar un cigarro, actualmente pueden interaccionar con una docena de temas y personas online.  Todo ello hará que vuelvan a incorporarse a sus tareas con energías renovadas.

Reforzar habilidades interpersonales

Invitar a que la gente que integra la organización comparta una misma misión y objetivos empresariales que generen compromiso y unión, sembrando las condiciones adecuadas para que se pueda trabajar de forma comprometida, coordinada y en equipo.

Para ello la organización tiene que facilitar los medios necesarios para lograr una comunicación transparente, como ya he citado anteriormente, además de ética e impulsora de un ambiente de complicidad y buen humor.

Lo que hasta hace poco parecía algo complejo de poner en marcha, es posible de forma sencilla e incluso divertida a través del impulso de breves interacciones a lo largo de la semana que se pueden realizar con la App Happÿdonia.

Regular la jornada

Teniendo claro cuando procede cada actividad, se trata de encontrar un equilibrio que juegue a favor de conseguir los objetivos de la organización, de forma saludable y feliz.

Hay cuatro palabras, cuatro actitudes, que tienen que aprender a convivir en el lenguaje de la empresa actual, dos ya son conocidas, porque se han considerado siempre, parte intrínseca de los desempeños laborales, que son perseverancia y dedicación, a las otras dos hay que ir haciéndoles hueco en el día a día de nuestras empresas y se llaman flexibilidad y felicidad.

Se que lleva su trabajo “conciliar” el torbellino de “erres” que han aparecido durante el artículo, aunque animo a que no decaigan en el empeño e insistan “erre que erre” hasta que se conviertan en sólidos hábitos, ya que darán como resultado una empresa:

  • Rica en ética.
  • Radiante de felicidad.
  • Repleta de creativas posibilidades para seguir avanzando.

Finalizo este artículo esperanzado en que sea útil y sirva para facilitar el camino hacia esa “erre” que ansían todas las empresas, la de alcanzar unos buenos resultados, que las mantengan en el mercado muchos años.

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